jueves, 6 de noviembre de 2008

Kylie Minogue se fue con ganas de regresar a Venezuela


Un supershow al estilo Las Vegas fue lo que ofreció Kylie Minogue el pasado martes en el Poliedro de Caracas. Un espectáculo que dejó a más de un venezolano con ganas de más y que, más allá de lo musical, incluyó ocho cambios de vestuario, diez bailarines y una gigantesca pantalla de fondo que ambientó cada uno de los siete actos.

El tema Speakerphone -que la mismísima Madonna cuenta entre sus favoritos- dio el pitazo inicial. A las 9:02 p.m., la diva australiana apareció en una nota futurista, con un elegante traje largo negro y dorado, diseñado por su amigo, el reconocido Jean Paul Gaultier, para luego interpretar una pieza inédita, Ruffle my feathers.

"¡Hola, panas! ¿Están listos para cantar?", preguntó Minogue a la multitud, quien llenó las dos terceras partes del lugar. La respuesta fue afirmativa y cantó dos de los hits más esperados: Can't get you out of my head e In your eyes.

Tras un silencio de algunos segundos, la rubia reapareció en escena, esta vez como cheerleader y cargada por sus bailarines, disfrazados de jugadores de fútbol americano. Pompones en mano entonó tres piezas desconocidas para muchos: Heart beat rock, Wow y Shocked.

Continuó con un número de marineros, con canciones como Loveboat y una versión de Copacabana, clásico original de Barry Manilow. Fue quizá el acto más retro de la movida velada.

Luego fue el turno de las baladas: Flower (inédita y autobiográfica) y I believe in you (ahora sin su ritmo dance). Así, la diminuta cantante -de 1,52 metros de estatura- pudo descansar su voz que, según contó tras bastidores, estaba irritada desde antes de salir a escena.

No fue sino hasta que sonó el hit Slow que el público aplaudió y coreó eufórico. Minogue también comenzó a emocionarse y decidió interactuar más con los presentes.

Así fue, por ejemplo, en el sexto acto, ambientado como un salón real y trajes en blanco y negro. Entonces tomó una bandera venezolana que le entregó un fanático, se la colocó alrededor del cuello y bailó al son de Kids (el hit popularizado a dúo con Robbie Williams).

La cantante se bañó en aplausos y no paró de sonreír por el resto del show de dos horas. El público tampoco dejó de mostrar afecto por la chica, e incluso le llegó a pedir, en un gesto típico de los venezolanos, que se despojara de su saco. "¡Que se lo quite! ¡Que se lo quite! ¡Que se lo quite", gritaron todos, y la cantante, muy coqueta ella, aceptó.

También sacó una pandereta con la palabra "Caracas" escrita. La alegría se desbordó, aunque las palmas se multiplicaron mucho más cuando Kylie anunció su intención de regresar al país. "Esta no será la última vez que cantaré aquí", dijo.

Las secciones restantes, un tanto menos ostentosas, fueron una fiesta constante, encendida por el falso final. Fue con In my arms y Love at first sight, canciones llenas de coros a todo pulmón y hasta una lluvia de papelillos dorados.

El autodenominado "Diamante blanco" desapareció por un par de minutos pero, con todo y su instrumento vocal afectado, bañado en miel que tomó de un recipiente a un lado del escenario, decidió regresar con dos regalos más, grabados durante sus primeros años de carrera: Better the devil you know y I should be so lucky.

Tras salir del Poliedro, Minogue visitó un restaurante de comida venezolana y repitió su menú del día anterior: arepas con carne mechada. "Estaba muy feliz, aunque hablaba poco y bajito por los problemas que tuvo con su voz. Tiene que cuidar su voz para cantar el jueves (hoy) en Perú", reveló una de las personas que le acompañaron.

Al terminar de comer, no se conformó con el calor que recibió del público durante el recital y dio autógrafos para un grupo de fanáticos que le esperaba en el hotel donde se hospedó. "Les abrazó, firmó sus discos y hablo con ellos durante unos minutos", relató la fuente.

Y ayer, justo antes de tomar el vuelo con destino a la ciudad de Lima, la cantante -bien abrigada para proteger su instrumento- volvió a expresar su deseo de volver al valle caraqueño.periodico el universal.com

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